lunes, 30 de diciembre de 2013

Y está con la remera adidas 
cortada en la manga y el cuello
con un chichillo semi afilado.
el vino, bordó rojizo, espeso
se desliza de la botella de
la bodeguita de San Miguel
 y el supermercado chino 
autodenominado El Pacifico;
asombrosamente manifiesta 
que el bordó es el color más nítido
en sensibilidades tersas
y que lo tomará hasta el fondo
después de brindar con la cara apuntando hacia la cámara de fotos
que su amiga, risueña, 
trajo esta noche de celebración
anual, anal

su amiga, la que piensa y tipea 
próximas operaciones persistentes.

Pero es fin de año y mentiría si 
digo no al escote, 
al coche cama, alega
y detona una carcajada
una risa coherente
como las luces resplandecientes del quincho
echo a base de paja, troncos y barro;
ubicado junto a la pileta de plástico,
de fibra de vidrio, una pileta pintada al tono, 
cuya definición fue distarla 
radicalmente de una pelopincho.

Pache parpadea despues de la neta sonrisa, 
acaso el sonido lo hace pestañear
y preguntarse y preguntarse ...

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