miércoles, 15 de enero de 2014


Para llegar a la mesa barrial
tuvo que pasar por una calle tomada por perros; por
una esquina con aserrín donde se junta agua; por
una avenida peligrosamente sin semáforos; por
la panadería que atiende las veinticuatro horas; por
la escuela provincial cerrada por duelo; por
la hilera de autos nuevos; por
la peluquería de su prima; por
el baldío; por
el paredón del Intendente; por
el centro de jubilados; por
el puente sobre el riachuelo tuvo que pasar Maia,
esta vez, abstraída de la realidad,
pero concentrada en el armado de una frase punzante
que abra explosivamente la discusión.

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